Apofenia
de vuelta al principio de las cosas
donde el llanto aún era
una voz femenina
antes de cualquier asombro
a cuando mi canto
silbaba la pureza
de una risa regida por lo nimio
tampoco ahí consueno
sino soy la tibieza
de las hojas que no caen
y tú
sonabas
como suena un faro
el suspiro de un minero
o una resignada ostra
como era en el principio
tañendo y que siga
entre nosotros
un amor previo
a la existencia misma
Comentarios