Falacias
Me parece una terquedad hablar del amor no correspondido.
Creo, sí, en el destiempo,
y en el pavor que oculta un anhelo
para no tener que expresarlo.
Creo en la culpa
y en el enojo
y en la puntería errática de las flechas míticas
Creo en la desesperación que se disfraza de amor
en cuyo caso no merece el nombre.
Es de otras mentiras
de las que hablo aquí.
Creo en el amor ectópico
que elige al más endeble de los cables
y se extingue antes de tocar tierra.
Creo en la bienintencionada ignorancia
que esperará a la siguiente vida para exclamar
«¡Conque de eso se trataba!»
Creo en el amor que se inmola
para salvar al corazón que lo contiene;
también en el que nunca cae
por miedo a no producir sonido
y que nieguen su existencia.
Pero no me pidas que crea en el amor inconsecuente.
Sólo harás que lamente más ser yo quien te diga
que, creyendo que lo rechazas, lo transmutas
Y lo correspondes en cada sonrisa que regalas.
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