Viento del oeste

ACOMPAÑANTE: Ahí

Ahora no existe ACOMPAÑANTE

                     : ¿Me prestaría un encendedor?

Se levanta, rodea el barandal, baja los escalones (seis), se acerca a él.
Él saca un cigarro (yo miro sus manos).

Ahora sí existe ACOMPAÑANTE, pero sólo en forma de consciencia mutua. Desaparece junto con el amable dueño del encendedor. Se escucha en el fondo de la mente: qué romántico.

Me mira.
Mira mis manos tomando un cigarro.
Mira mi rostro ladeándose.

Nos acercamos
                                nos inclinamos

 y en el intento del destino por que no lo hagamos




                                                                encendemos el fuego.

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